Publicado el 09/05/2025
¿Qué tiene que ver el Comercio Justo con RSPO, Rainforest, FSC y PEFC?
El 14 de mayo, como cada segundo sábado de mayo, se celebra el Día Mundial del Comercio Justo.
Para muchos, esta fecha puede parecer más vinculada al consumo de productos como café o chocolate con etiqueta Fairtrade, pero en realidad, su trasfondo tiene mucho que ver con nuestro día a día como responsables de sostenibilidad, técnicos de calidad y consultores que trabajamos con cadenas de suministro, materias primas y certificaciones.
El Comercio Justo pone el foco en la dignidad de las personas productoras, la equidad en la cadena de valor, y el uso sostenible de los recursos. ¿Te suena? Exacto: estos son los mismos principios que defienden certificaciones como RSPO, Rainforest, FSC o PEFC. No es casualidad.
¿Qué busca el Comercio Justo?
El Comercio Justo no es un "lujo ético". Es una forma concreta de:
- Garantizar condiciones laborales seguras y justas en el origen.
- Reducir la pobreza estructural de comunidades productoras.
- Evitar la explotación de recursos naturales.
- Asegurar una trazabilidad real en los procesos productivos.
- Incentivar un consumo informado y responsable.
Estos objetivos no están reservados únicamente al sector agroalimentario. Aplican también a sectores como el forestal, el cosmético, el textil o el industrial.
¿Qué relación tiene esto con las certificaciones como RSPO, FSC o PEFC?
Las certificaciones de sostenibilidad que muchas empresas implementan hoy van mucho más allá del “cumplimiento ambiental”. Incorporan cláusulas sociales y de gobernanza que son, en esencia, prácticas de Comercio Justo.
Veamos algunos ejemplos concretos:
Ejemplos prácticos: ¿Qué cambia en una empresa cuando se certifica?
1. Caso: Empresa agroindustrial que implementa RSPO (aceite de palma sostenible).
Antes:
- No conocían en profundidad el origen del aceite de palma que usaban.
- Existían riesgos ocultos: proveedores que no garantizaban derechos laborales básicos.
- Ningún criterio para evaluar impacto social en comunidades locales.
Después de implementar RSPO:
- Exigen trazabilidad hasta la plantación.
- Han eliminado intermediarios de dudosa reputación.
- Incorporan auditorías sociales en su política de compras.
- Pueden comunicar de forma transparente a sus clientes que su aceite es 100% trazable y sostenible.
Resultado: Han mejorado la reputación, accedido a nuevos mercados (especialmente en Europa), y reducido riesgos reputacionales y legales.
2. Caso: Empresa papelera que implementa FSC y PEFC (Sistema de cadena custodia).
Antes:
- Compraban celulosa sin conocer en detalle su origen.
- Ausencia de criterios sociales o ambientales en los contratos con proveedores.
- Dificultades para acceder a licitaciones públicas donde se exigía trazabilidad forestal.
Después de certificarse en FSC y PEFC:
- Solo trabajan con proveedores certificados, lo que asegura prácticas forestales sostenibles y condiciones laborales justas.
- Incorporan un sistema de trazabilidad robusto (cadena de custodia).
- Han sido incluidos en licitaciones de administraciones que exigen este tipo de certificaciones.
Resultado: Ganan nuevos contratos, reducen costes derivados de no conformidades y mejoran la percepción de marca ante clientes concienciados.
¿Qué gana una empresa con estas certificaciones?
En nuestra experiencia, las empresas que apuestan por estas normas no solo cumplen con lo esperado. En muchos casos:
- Descubren fallos ocultos en la cadena de suministro que no conocían.
- Mejoran la relación con proveedores clave, estableciendo condiciones claras y justas.
- Pasan de ser reactivos a ser proactivos, adelantándose a nuevas exigencias regulatorias y de mercado.
- Acceden a mercados que valoran estos compromisos, especialmente en países con marcos normativos avanzados.
Nuestra misión como consultores en sostenibilidad
Como consultores especializados en RSPO, FSC, PEFC, asesoramos a empresas a traducir estos compromisos en sistemas reales, auditables y rentables. Lo que empieza siendo una necesidad (una auditoría, una exigencia de un cliente, una presión de mercado), se convierte en una ventaja competitiva con impacto.
En este Día del Comercio Justo… te invitamos a hacer una pausa y preguntarte:
¿Conozco realmente el origen de mis materias primas? ¿Estoy seguro de que mis proveedores respetan derechos básicos? ¿Estoy comunicando estos valores de forma transparente?
Si la respuesta es “no del todo”, estás a tiempo de empezar el cambio.